ANNABELLE: UN ORIGEN PREDECIBLE

El Club del Grito
7 sept 2017
2 Min. de lectura

Estreno: Agosto de 2017

Director: David Sanberg

Muy cercano a la película original, casi en el mismo rango de miedo, pues se trata del mismo guionista, Gary Dauberman, lo que no causa mucha intriga por la mala percepción que tuvo la primera parte con los cineastas. Desafiando casi al límite que este libreto llegue a ser decepcionante, por lo confuso, genérico y pobre; aún más si se establece un complicado entendimiento de la historia vinculada a las escenas.

Esta película debería tratarse del origen de esta muñeca endemoniada, poseída y otro adjetivo maléfico, pues así se titula; llama mucho la atención que sea un porcentaje mínimo en donde en realidad aparezca y concentre mayores detalles de su inicio malvado, a pesar de existir un flashback dentro de la cinta el cómo esa muñeca fue neutralizada en el pasado, no equilibra, ni compensa el tiempo para darle mayor protagonismo.

La sinopsis augura mayor atención a los poderes que puede tener el personaje, o el demonio que habita en ella, pero en el transcurso de la primera mitad no se sabe que está esperando esta entidad, el guion nos estanca en una rutina, de un poder maligno indeciso, que hace varias cosas a la vez, actos fantasmales que en el cine ya no dan miedo, volviendo arbitrario y confuso a los antagonistas y a la historia en si.

En cuanto a los personajes, se acierta con la pareja de esposos que llevan por dentro el dolor, la decepción y una fatiga misteriosa que los convierte dentro de las escenas en seres intrigantes; una monja joven, sin creencias más que su fe y niñas que conducen un susto a la risa, pues para su edad son extremadamente maduras para seguir jalando el hilo de la madeja del miedo, es decir, que no se asustan con nada, otra vez el guion mecanizado localiza lo que va a suceder a veces sin ningún sentido.

Se siente que se está repitiendo al pie de la música, no sorprende, a pesar de los movimientos de cámara, que siguen a los personajes con transiciones interesantes y continuas, la trama pasa desapercibido, como que las cosas malas suceden de noche y las no tan malas de día, contándonos de a poquito, sin ninguna variación.

Si hay algo que rescatar, es la escena del asesinato del dueño de la casa, pues es el tramo final donde la intensidad corre y acelera, pero recae otra vez en la simpleza del guion, por absurdos actos y decisiones dentro de ella para seguir alimentando la película, explicando que no se van de la casa porque son huérfanas y no tiene donde ir.

Sin misterios, sin enfoque al personaje principal, escenas absurdas, pasos en la historia que confunden el relato original; si quieres ver algo superior en cuanto al terror y tiembles sabiendo que pasará algo, pero no sabes cómo, no te recomendamos esta cinta.

Escena